La Casa de Barbastro ha sido habilitada para acoger a grupos de claretianos y peregrinos cualificados. Dispone ahora de 20 habitaciones.
Han sido estrenadas, la semana del 24 al 29 de mayo, por el Curso de jóvenes Formadores provenientes de varios paises del Africa, de la India, de Filipinas y de Indonesia, dirigidos por el P. Mathew Vattamattam, Prefecto General de Formación, y el P. Jesús Palacios.
Me atrevo a afirmar que todos estos jóvenes Formadores son fruto del testimonio de los Mártires de Barbastro, como alguno me confesaba citando las palabras «proféticas» que escribió el Bto. Faustino Pérez en la Carta de despedida a la Congregación:
«Morimos todos rogando a Dios que la sangre que caiga de nuestra heridas no sea sangre vengadora, sino sangre que entrando roja y viva por tus venas, estimule tu desarrollo y expansión por todo el mundo.»
Se ha cumplido el dicho antiguo: «Sangre de Mártires, semilla de cristianos», en este caso «semilla de claretianos».
Muchos de estos jóvenes han dejado escritas sus impresiones en el Libro de Visitas del Museo. Otros las expresaron con palabras emocionadas. El P. J. Bte. Makilandi, de Camerum, escribe expresando el sentir de todos:
«Estamos profundamente impactados por el recuerdo de nuestros Mártires… Casi una semana en Barbastro caminando sobre sus huellas… escuchando los testimonios de unos testigos directos que afirmaban unánimes que nuestros misioneros eran santos… y ante la acogida cariñosa de la Comunidad, yo no podía quedarme insensible. Por todo ello, en la casa de nuestros Mártires hemos prometido ser para siempre fieles a nuestra vocación misionera y claretiana.»
El P. Mathew agradecería después al P. Provincial en nombre de todos:
* «El empeño puesto por vuestra Provincia para conservar la memoria de nuestros hermanos mártires, y su heróica confesión de fe:
* La acogida cariñosa y fraterna. Nos hemos sentido como en casa..
Alojarnos en el mismo Barbastro facilita que pasemos mucho tiempo en el Museo recordando sus vidas y en la Cripta orando todos los días ante los restos de nuestros Mártires».
Varios cursillistas dejaron escrito su agradecimiento a la «acogida cariñosa y fraterna». Otros manifiestan que el espíritu de los Mártires les ha hecho sentir de veras que pertenecen a una Gran Congregación Universal.
«Estoy orgulloso de ser claretiano»… «Estoy impactado por la vida de los Mártires ; su amor a Cristo y a la Congregación.»… «Vuelvo a mi misión sintiéndome mejor claretiano»… «Me llevo un recuerdo estimulante de nuestros hermanos y con llamadas a una vida sacrificial.»
Desde ahora podemos decir con toda razón, y con palabras de nuestro Obispo, que esta Casa es «UN CENTRO DE ESPIRITUALIDAD».
José Beruete, cmf.